LA MARIPOSA MONARCA VUELVE A CANADA
CARMINIA ROSALES DICE:
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La mariposa Monarca vuelve a Canadá
IRENE SERRANO
MICHOACÁN (MÉXICO).- Hay en la naturaleza fenómenos inexplicables e irrepetibles de una belleza tal que sorprende a aquél que tenga la oportunidad de verlos. Éste es el caso de las misteriosas migraciones de la mariposa Monarca, que cada septiembre comienza un viaje de 4.500 kilómetros, de Canadá a México, para pasar el invierno en el país azteca. En estos días, coincidentes con el inicio de la primavera, empieza el regreso, rumbo a su país de origen, con parada en California (EEUU) para depositar los huevos que darán lugar a una nueva generación, cuyos descendientes serán quienes vuelvan al punto de partida.
A la vista de cualquiera, parece imposible que un insecto tan terriblemente frágil recorra esas distancias. La mariposa Monarca pesa menos de medio gramo y cuando vuela de los árboles al suelo podría confundirse con una flor de tonalidades ámbar. Pero a pesar de sus características externas y su aparente inconsistencia, la Monarca viaja durante dos meses a una velocidad de 75 kilómetros por día, que en ocasiones pueden convertirse en 130.
Guiadas por el movimiento del sol, las mariposas empezaron a llegar el pasado mes de septiembre a las montañas del centro de México, en los límites de los Estados de México y Michoacán, recorriendo en dirección sur y suroeste el norte del continente americano, desde el sureste de Canadá y norte y centro de los Estados Unidos. En diciembre de 2006 se contabilizaron 11 colonias, que ocuparon 6,67 hectáreas de bosque, 0,75 más que el año anterior. De todas éstas, sólo las hembras harán el camino de vuelta, dado que tras el apareamiento, que tiene lugar durante finales de febrero y marzo, el macho muere.
Los porqués de la migración son aún un enigma, muchas son las teorías y diversas las explicaciones. De acuerdo con el biólogo Eduardo Rendón, oficial del Programa Mariposa Monarca, "la migración de la Monarca de Centro y Norte de EEUU y del sur de Canadá hacia México es debida a la necesidad de las Monarcas de Norteamérica por evitar el crudo invierno en la región mencionada. Además las plantas de las que se pueden alimentar las larvas que son las hijas de las mariposas desaparecen en el invierno en los sitios de origen".
"Más bien un misterio es el que encierra la enorme proliferación de mariposas Monarca en Norteamérica, ya que se sabe que el origen de todas las mariposas es tropical. En este sentido, me inclino por pensar que al colonizar los europeos las grandes planicies norteamericanas y modificar, es decir, perturbar con la agricultura estos sitios, permitieron la proliferación de las Asclepios, las plantas preferidas por las larvas de la Monarca para alimentarse. Acto seguido las mariposas Monarca proliferaron en grandes cantidades y después se adaptaron tanto a la distribución de dichas plantas como al patrón climático norteamericano que están ligados íntimamente", puntualiza Rendón.
A la vista de cualquiera, parece imposible que un insecto tan terriblemente frágil recorra esas distancias. La mariposa Monarca pesa menos de medio gramo y cuando vuela de los árboles al suelo podría confundirse con una flor de tonalidades ámbar. Pero a pesar de sus características externas y su aparente inconsistencia, la Monarca viaja durante dos meses a una velocidad de 75 kilómetros por día, que en ocasiones pueden convertirse en 130.
Guiadas por el movimiento del sol, las mariposas empezaron a llegar el pasado mes de septiembre a las montañas del centro de México, en los límites de los Estados de México y Michoacán, recorriendo en dirección sur y suroeste el norte del continente americano, desde el sureste de Canadá y norte y centro de los Estados Unidos. En diciembre de 2006 se contabilizaron 11 colonias, que ocuparon 6,67 hectáreas de bosque, 0,75 más que el año anterior. De todas éstas, sólo las hembras harán el camino de vuelta, dado que tras el apareamiento, que tiene lugar durante finales de febrero y marzo, el macho muere.
Los porqués de la migración son aún un enigma, muchas son las teorías y diversas las explicaciones. De acuerdo con el biólogo Eduardo Rendón, oficial del Programa Mariposa Monarca, "la migración de la Monarca de Centro y Norte de EEUU y del sur de Canadá hacia México es debida a la necesidad de las Monarcas de Norteamérica por evitar el crudo invierno en la región mencionada. Además las plantas de las que se pueden alimentar las larvas que son las hijas de las mariposas desaparecen en el invierno en los sitios de origen".
"Más bien un misterio es el que encierra la enorme proliferación de mariposas Monarca en Norteamérica, ya que se sabe que el origen de todas las mariposas es tropical. En este sentido, me inclino por pensar que al colonizar los europeos las grandes planicies norteamericanas y modificar, es decir, perturbar con la agricultura estos sitios, permitieron la proliferación de las Asclepios, las plantas preferidas por las larvas de la Monarca para alimentarse. Acto seguido las mariposas Monarca proliferaron en grandes cantidades y después se adaptaron tanto a la distribución de dichas plantas como al patrón climático norteamericano que están ligados íntimamente", puntualiza Rendón.
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