Insectos en Bibliotecas y Archivos
carminia dice:
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Insectos en Bibliotecas y Archivos
Los blatarios -Blattodea- forman el orden al que pertenecen las cucarachas (familia de los blátidos), tal vez los insectos más conocidos. Sus características morfológicas y fisiológicas les permitieron colonizar los más diversos medios y constituirse en uno de los animales que viven en mayor contacto con el ser humano. Depositan huevos protegidos por estuches duros (ootecas), lo que les asegura una alta supervivencia. Son comunes en bibliotecas y archivos las especies Blatta orientalis o cucaracha negra (2Omm), Blatella germaníca o cucaracha rubia (12mm) y Periplaneta americana o cucarachón (48mm). El daño que producen a los libros puede ser muy grave, sobre todo en regiones tropicales, donde algunas cucarachas comen madera húmeda, lo que también las hace devoradoras de papel, porque este alimento, con frecuencia, las atrae por su humedad. Las cucarachas que ingieren otras substancias comen generalmente cartón, raspan etiquetas en los dorsos de los libros o atacan su encuadernación; típico es que destruyan las letras doradas de los cueros. Además, ensucian el papel con sus deposiciones.
Los ortópteros o saltadores -Orthoptera- son las langostas, tucuras y grillos, por todos conocidos. La única especie identificada como destructora de papel es Gryllus damesticus, que consume ese material así como tela, cuero y pegamentos y, a veces, es voraz. Su daño es parecido al producido por las cucarachas.
Las llamadas termitas, termes u hormigas blancas, que miden entre 3 y 7mm, pertenecen al orden de los isópteros -Isoptera-. No son hormigas, generalmente son blancas y viven en termiteros, con una perfecta organización social, superior incluso a la de abejas y hormigas. Pueden ser aladas (cuatro alas iguales mucho más largas que el cuerpo) o ápteras, con aparato bucal masticador de mayor o menor desarrollo, según la función del individuo en la comunidad. Los reyes y reinas son los únicos que pueden reproducirse. La reina dedica toda su vida -catorce años- a poner huevos, en un número cercano al millón. El rey sólo protege a su compañera. La sociedad se completa con millares de obreras, que cuidan del aseo y la alimentación, y soldados, de cabeza y mandíbulas fuertes, que participan en la defensa del termitero.
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