Se ha demostrado que al menos algunos invertebrados específicamente asociados a los troncos huecos poseen una capacidad de dispersión muy limitada. Esto se explica por lo estable del medio en el que habitan, que puede permanecer durante decenios, incluso siglos, sin apenas cambios. No obstante, la ausencia de cierta continuidad en el espacio (cierto número de árboles viejos por rodal) determina la imposibilidad de la especie de dispersarse fuera del mismo, lo que la aboca a una más que probable extinción local.
Por otra parte, los viejos y grandes árboles son un reservorio de madera muerta de gran diámetro, tanto en lo relativo al tronco, generalmente hueco en mayor o menor medida, como a las ramas de cierto diámetro, algunas de las cuales permanecen muertas en el árbol durante años. A esto añadiremos gruesas raíces muertas ó decadentes.
La relación existente entre la presencia en una localidad de árboles multicentenarios y de fauna rara ó relíctica de invertebrados saproxílicos es clara y reconocida por diversos autores. Es por ello que la protección de determinados insectos pasa indefectiblemente por la supervivencia de hábitat únicamente proporcionado ó bien especialmente asegurado por los viejos árboles. Del mismo modo, la existencia de determinadas especies de escarabajos saproxílicos ó grupos de ellas, en lugares concretos, arrojan luz sobre el valor de estos lugares y pueden constituirse en elementos objetivos de juicio para una adecuada valoración de su interés medioambiental.
LOS INVERTEBRADOS SAPROXÍLICOS.
Los invertebrados saproxílicos son un grupo muy diversificado de especies y modalidades biológicas, que constituyen la mayor parte de la biodiversidad de un bosque.
Los ciervos volantes (Lucanus Cervus) se alimentan de savia que rezuma de los árboles maduros. Sus larvas viven en la madera en descomposición. Son cada vez menos frecuentes.
Ellos en su mayoría son insectos que dependen directa ó indirectamente de la madera muerta ó decadente. Su papel dentro del ecosistema forestal pasa por constituir la base de alimentación de diversos vertebrados, pero no se restringe tan solo a ello ya que el conjunto de los organismos animales y vegetales de la madera en descomposición se encuentran interrelacionados de forma compleja. A este respecto, los hongos lignícolas poseen un papel decisivo al multiplicar las modalidades tróficas de los artrópodos saproxílicos.
De forma simplificada se pueden incluir en varios grupos generales, principalmente, comedores de tejidos lignocelulósicos en diversas fases de descomposición; devoradores de tejidos fúngicos (xilomicetófagos); depredadores más o menos generalistas ó especializados, y saprófagos alimentándose de restos de los anteriores grupos animales. Su elevada diversificación nos informa de la relevancia de la madera como reserva trófica, ya que desde el punto evolutivo, ella justifica toda diversificación biológica de los organismos saproxílicos, es decir una buena parte de la diversificación evolutiva alcanzada por los insectos.
1. Ácaros: son insectos microscópicos (arácnidos), que se encuentran en el polvo doméstico. Su tamaño es inferior a medio mm (de 250 a 350 µ). Para sobrevivir requieren condiciones ambientales concretas: temperatura de 25 a 30º y humedad del 80%, eso significa que se desarrollan mejor en zonas costeras (cornisa cantábrica, Canarias, Baleares). Viven preferentemente en dormitorios, colchones, moquetas, tapicerías. Se alimentan de las escamas de la piel que desprende el hombre y los animales. El alergeno del ácaro procede del cuerpo del animal y de sus heces y es de un tamaño de unas pocas µ (micras), es decir de un tamaño que puede ser inhalado ("neumoalergenos"). En España son la causa principal del asma (65%) y de la rinitis. Hay varios tipos: Dermatophagoides pteronnysinus, D. farinae, Tyrophagus putr., Lepidoglyphus destr., etc.
ResponderEliminarArnulfo Gomez:17886587
ResponderEliminarNo fui capaz de bajar el dibujo de los acaros microscopicos,solo la parte que publique sin nombre...se los quedo debiendo.